Viviente y no viviente

W. H. Thorpe

Los que estudiaban hace cuarenta o cincuenta anõs no eran turbados por duda alguna acerca de la clara distinción entre los seres vivientes y los no vivientes. Se nos decía que los cristales se parecen a los seres vivientes, en condiciones que pueden conseguirse fácilmente en el laboratorio elemental, en que algunos de ellos se desarrollarían de un modo previsible, lo que sugiere el desarrollo de los organismos vivientes. Pero nadie se molestaba en tomarse eso muy seriamente porque parecía evidente que un cristal de sulfato de cobre desarrollándose en su líquido matriz solo tenía el más superficial de los parecidos con un ser viviente. El virus, aunque descubierto por vez primera antes de fines del siglo xix, no era aún considerado objeto de estudio para el estudiante.

Fonte: Thorpe, W. H. 1967 [1966]. Ciencia, hombre y moral. Barcelona, Labor.